Vienes a mi mente, persistente, te albergas en mi conciencia
y duermes sereno en mi vientre, te respiro en la madrugada, mientras me recorres con tu pensamiento, me gritas
en la oscuridad y el silencio responde,
me apresuro al encuentro; te siento, te reconozco en la palabra sórdida, en la
brisa circundante, imagino las líneas de tu ardor, busco desesperadamente tu aliento,
más recuerdo y me ahogo, me disipo en el aire, me transmuta el viento, me
arrojo al destino infame de no tenerte, de la noche húmeda, de la soledad
absoluta
Comando actualidad con Adrián Pérez.
Hace 10 años
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