"El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía."A.N

viernes, 20 de agosto de 2010

Subsisto en el instante que entreabrí mis ojos y solo contemplé tu torso árido, bendecido por la penumbra que acentuaba la blancura encandilante de tu carne, la perfección de tus formas, el tempero y la tersura de la piel, envidié ser el haz luminoso que vestía tu cuerpo, ansié transmutarme en aire para acogerte en cada una de mis fibras y entremezclarme perpetuamente con tu ser en una imagen.

jueves, 19 de agosto de 2010


Quiero que ames mi andar, el vaivén de mis curvas, el tambaleo de mis piernas que oscilan en la seducción del movimiento, quiero sentir el deseo en cada paso, el ofrecimiento de un episodio apasionado, ansío alocadamente percibir la fogosidad de tu cuerpo vivo,  observando en la distancia cercana, sumido en la enajenación que desespera y desfallece en esa represión que se ahoga por el deseo de acudir a mis pisadas.

miércoles, 18 de agosto de 2010





En la inmensidad de esta solería, me reclino sobre ella y escucho aún el pálpito incesante de tu pecho alborotado, reconozco otra vez tu mirada impaciente, mientras se descubren las formas anatómicas de mi corporeidad, la humedad de las manos impolutas que ansían, que casi desesperan, por explorar las formas que asoman y relucen con cada broche liberado, y que va revelando lo cobrizo de la tez dispuesta a la obra amatoria; así van emergiendo las palpitaciones, acrecentándose; la humedad de las formas va develando las intenciones manifiestas de los cuerpos, que anhelan encontrarse por vez primera en el artificio del amor.

sábado, 14 de agosto de 2010


Y renace de mis entrañas aquel calor fulgurante, la candidez de ese  deseo aflora,  y va apoderándose poco a poco de las ansias, reclamando por derecho propio el placer sepultado por las monomanías, intenta regresar a la tierra húmeda de mis cavidades, a la oscuridad del cauce  y a la tibieza de sus aires, intenta casi infructuosamente florecer  en el gemido de mi boca, antes de que sucumba el suspiro naciente.