Seguro, no has sentido la daga fría hendirse en tu pecho, no has gritado solo en
la nada, no han rechinado tus dientes de temor, de pánico al designio, al menos yo, he caminado descalza por el borde
profano del precipicio, más tu falta de experiencia, no es más que la gracia de
lo desconocido, mi boca se ha hundido en la tierra, ha muerto en jadeos de innumerables
memorias, he sido musa de amantes clandestinos, he conocido el amor noche tras
noche en el sueño del fauno solitario, más tú te revuelcas ante una historia
inconclusa, intentas apoderarte de mis aposentos, intentas igualar mi semblante
y mi cuello lozano, más la naturaleza no te ha vestido de ninfa, te ha igualado
en desgracia a mi sombra, te ha relegado a cubrir, a imitar, a recibir la
carroña que yo he pisoteado y escupido para ti, morderás la tierra, más no jadeando,
tentarás a la lujuria más te avergonzará la torpeza, seguirás mis huellas, te
arrastrarás lamiendo una a una mis pisadas, y te dolerá el vientre, te torturará
la traición, te arderá mi nombre, me sentirás en el viento, me verás en su
cuerpo, más yo altiva observaré cada uno de tus lastimeros pasos, disfrutaré de
tu intento por ascender, y del rotundo fracaso en las sábanas
Comando actualidad con Adrián Pérez.
Hace 9 años
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