Veo pasar tu sombra,
me enardece el frío de esa inocencia, me ensordece tu silencio, me duelen las
palabras, el verso marcó mi semblante, me azota el pensamiento del viento sur,
las calles solitarias me buscan,
fallezco en cada instante que mi mente vuela, en cada segundo que te
respiro, desde la agonía, intento mostrar un poco de humanidad, más estoy
muerta y sepultada por nombres, vivencias y sentidos. El abismo me absorbe, la
tierra húmeda rodea mis piernas, el espasmo me recorre hasta los huesos; la
agonía me anticipa, sé que viene la
muerte, siento su hedor, pero la espero sumida en temores infundados, más la
deseo fugaz, violenta y excitante.
Comando actualidad con Adrián Pérez.
Hace 9 años
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