Arde el respiro, quema el verso; sangra la llaga en el vientre, se estremece la carne, se apaga el llanto, se reprime el grito. Se hunde en la conciencia el frío, las bocas muertas renacen, se entintan de grana, trazan la palabra, dan vida al verso, inundan al instinto, lo transmutan al deleite, al son de la voz que va ensayando sensaciones nacientes
Comando actualidad con Adrián Pérez.
Hace 9 años
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