La agitación de mi cuerpo y el temblor de tus carnes, la perfecta prolijidad de tus formas y la particularidad de mis curvas, el tambaleo constante de mis palabras y la mudez de tu lengua, la ansiedad de tu mirada y la lucidez de mis de mis ojos, la costumbre de tocarte con mis manos, y tu tendencia a coartarlas, yo cedo constantemente tiendo a la condescendencia contigo y tú gustas de cederme la nada y nos embarcamos nuevamente en ese tira y afloja, casi perpetuo, donde me doblego pasiva, extinguida, obligándome a la sumisión y tú alimentas tu poderío, tu aplastante sentir, sobre el mío.
Comando actualidad con Adrián Pérez.
Hace 9 años
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